Carbohidratos por la noche, ¿si o no?

Los hidratos de carbono engordan por la noche. Es más, pasadas las 18:30 horas todos se transforman por arte de magia en grasa. Directos al michelin. ¿Habéis oído esto o algo parecido alguna vez? Seguro que sí. Veamos si se trata de mito o realidad.
Los hidratos de carbono son la principal fuente energética del organismo. Y como tal, por lógica, su principal ingesta tendría más sentido por la mañana ya que es cuando necesitamos hacer el mayor acopio de energía para afrontar el día. Entonces, y apelando al sentido común, lo lógico sería que no los incluyéramos en la cena ya que estamos ante la última ingesta de alimento antes de irnos a dormir. ¿Necesito entonces para dormir aportar a mi organismo hidratos si durante el sueño, a priori, no gasto energía? Total, solo duermo.
Craso error.
Primero, durante el sueño nuestro metabolismo ni se para ni se ralentiza, sigue en funcionamiento y sigue quemando calorías. El gasto energético en esta fase del día sufre fluctuaciones al alza y a la baja, y en ocasiones se queman más calorías durante el sueño que mientras permanecemos despiertos en reposo.
Y segundo, y más importante, esos hidratos de carbono que ingerimos por la noche no se almacenarán en forma de grasa por arte de magia. Cuando consumimos este macronutriente, sea la hora que sea, su prioridad principal es la reposición de las reservas de glucógeno en musculo e hígado. Si llegamos a la noche y nuestras reservas se encuentran a tope porque las comidas previas han sido ricas en carbohidratos y, además, no hemos hecho nada de ejercicio para gastarlas, será cuando los hidratos que comamos se almacenen en forma de grasa. Hecho que ocurrirá siempre, con independencia del tramo del día en el que nos encontremos. Por tanto, si llegamos a la noche con las reservas llenas y de nuevo metemos hidratos, tendremos un balance calórico positivo, y sin duda se almacenarán en forma de grasa.

Es por eso que hacer deporte a lo largo del día, aunque sea un poco, sea tan importante. Hará que disminuyan los niveles de glucógeno y será más difícil que se sobrepasen. Además, un dato muy importante y a tener en cuenta, las personas entrenadas tienen mayor capacidad de almacenamiento de glucógeno.
Esto mismo, que ya veremos y detallaremos en próximas publicaciones, tiene idéntica aplicación con las proteínas y las grasas. Todo va a depender del balance calórico total. Si con las diferentes ingestas que hacemos durante el día ya hemos llegado a nuestro requerimiento calórico recomendado para mantener nuestro peso corporal, todo lo que comamos a partir de ese momento nos hará aumentar de peso, independientemente del tramo del día en el que nos encontremos.